Sobre El náufrago del cielo por Abemvs Teatro
Reseña por Vivian Castro
Imagina que estás suspendido en el tiempo y el espacio. No hay un reloj ni un calendario que te indique temporalidad, no hay ni siquiera otra voz que escuchar, no hay un amigo ni nadie con quien hablar, cara a cara sólo te tienes a ti y a un espejo, ¿te hablas? Imagina que tienes lo necesario para sobrevivir: comida, bebida, entretenimiento. Todo en calidad de cubrir necesidad, el placer y el disfrute son apenas un recuerdo, ¿qué echarías en falta?
El naufrago del cielo es una producción teatral dirigida por Cut López, guion de Cutberto López y protagonizada impecablemente por Iban Eskorbuto, único actor en la pieza. Hay un hombre atrapado, atrapado en el cielo, en el tiempo, en sí mismo. Con un lenguaje que va de lo poético a lo cómico, este hombre se mueve por el escenario con la soltura que sólo la total soledad permite. El hombre brinca, baila, grita, balbucea, se pregunta y se contesta, se golpea y se cura, se ofende y se perdona. En el escenario existe el náufrago, unos cuantos muebles, sus víveres y una imaginación que pronto habrá de convertirse en una gran sospecha de demencia. A final de cuentas, verlo desquiciarse a sí mismo abre la pregunta, ¿qué reacción se espera? La soledad es algo tan humano, tan presente en el día a día, ya sea para evitarla o quizás buscarla, pero ¿qué se hace en una situación donde sin más remedio se está dentro de ella?
En un mundo como el nuestro en el que se nos enseña por extremos, donde la independencia se vuelve añoranza, o la compañía necesidad, El náufrago del cielo es una obra que lleva al espectador a reflexionar: ¿hasta qué punto convivir conmigo mismo se vuelve un castigo? ¿no se es libre en la soledad? ¿cuál es la verdadera libertad? Lo interesante llega al interpretar esas respuestas en un baile, una canción o un graznido.