Sobre Innata por Inmunæ Lab
Reseña por Vivian Castro
En un mundo donde la contingencia ha limitado nuestros comportamientos y la definición de distancia ha sido impuesta al punto en que es difícil reconocer los límites que nosotros mismos concebimos, esta pieza de danza nos invita a replantearlo, a reconocernos en los bailarines, sus movimientos y expresiones, que son, a fin y al cabo, representación de la condición humana y su necesidad de convivencia.
Se opta por colocar al público en círculo, rodeando así lo que habrá de ser el escenario donde Inmunæ Lab, Janine Espinoza y Ramiro Airola, exploren por medio de la danza una de las problemáticas más actuales: la distancia, tanto física como espiritual. De esta manera, el espectador puede apreciar cada una de las facetas que atraviesan los bailarines durante la pieza, dos cuerpos energéticos que fungen el papel de seres que se buscan, que se rechazan, que conectan y desconectan, que, sobre todo, coexisten, que no están solos, ni cuando no se miran, ni cuando no se tocan.
Innata es un producto claro de reflexión, que empapa al público con su poesía, por la música, la luz tenue, la luz fuerte, así como también compartiendo cómo la ausencia de luz y el silencio no significa ausencia de movimiento, ni de conexión. Es una pieza hermosa e imperdible que despertará la reflexión de lo que significa realmente estar “distante” en una realidad que nos exige distancia.